20 de julio de 2011

Hechos de taberna



De pronto se me vinieron a la memoria las cuantiosas aventuras vividas junto a los taberneros en ese mundo llamado Tierra Entera. Y es que el elfo Elenrrad, que surgió junto a ellos, ha sido uno de mis personajes que más ha marcado mi persona.



Combates feroces entre orcos o dragones, difíciles proezas a punta de arco y flechas, bufónicas humoradas en tabernas y palacios, misiones cumplidas y otras no tanto, sacrificios en pos del bienestar del grupo, camaradería constante y amistad que se iguala a la hermandad, son solo algunas de las situaciones que forjaron mi temple durante la adolescencia.


Qué noches acompañado de amigos, qué noches acompañado de dados y aventuras. Los paisajes y criaturas imaginadas volaban de una mente a otra. Juro que se veían las imágenes de nuestro mundo en el humo de tabaco que salía de las no pocas pipas de madera. Sin duda eran noches de primaverales flores mágicas.


El elfo Elenrrad ya forma parte de este mundo, pero si volviese a la Tierra Entera otra vez, de seguro estaría con su arco, con sus flechas y con su espada Fanaskar; el elfo volvería a ser el alto príncipe de Fanas y, sin duda, montaría nuevamente su caballo con tal de ayudar a quienes lo necesitan, sean taberneros o humildes ciudadanos de la gran Tierra Entera.

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