6 de diciembre de 2014

Narración espontánea (término acuñado por Kerouac)

Tengo que salir de este karma de mierda.

Llevo mucho rato recibiendo cual espejo todo lo que hice en el pasado, estoy en un círculo que se debería volver espiral. Sí, los círculos son malos, las espirales buenas. Las primeras encierran; las segundas te expanden.

Estoy en un círculo y no, no estoy tranquilo, por la mierda, no lo estoy. Estoy constantemente enojado conmigo mismo, por lo que he sido capaz de hacer, por lo que sigo haciendo, por lo que eventualmente puedo llegar a hacer. Me genera impotencia saber que me boicotié tan profundamente. Solo yo cree este camino para mí, donde torturé un alma hermosa y luego dañé un espíritu transparente.

Estoy en un estado donde la gente me teme o le genero indiferencia. Entonces, aparece esa dualidad, donde me enoja la situación por cómo me dejan a un lado y donde me alegra el hecho ya que así esas personas estarán sanas y salvas de mí.

Estoy violento, pero no con la gente, sino conmigo. Eso genera que la gente se distancie, tal como uno cruza la vereda al ver una golpiza en la esquina o se hace a un lado en una pelea en el metro. Ese soy yo, el que se propina a sí mismo la golpiza, el que pelea consigo mismo en el metro. Soy podredumbre en corazón y mente.

Tengo medios para mantener "centrado" como la música, mis santos libros o la helada cerveza. Ellas me calman, son mis "somas", los que me adormecen y me dan una pequeña tregua entre cada round que me toca enfrentar conmigo mismo. Pero sé, que tras ese último segundo de música, tras esa última página, tras esa última gota, sonará la campana una vez más y será nuevamente un "face to face" con rival, con mi yo.

Escribir, sí, escribir, esa es otra forma de solventar el hecho, pero no escribo para expresarme, escribo para leerme, para analizarme, para ajustarme si es que lo logro. Ahora mismo estoy realizando ese ejercicio catárquico donde junto letras y reflexiono. Y es que leo esto como si fuese un personaje de novela, como si fuera un otro y claramente resulta más fácil arreglarle la vida a este pobre sujeto literario que a mí mismo.

Juego de espejos, máscaras sobre máscaras, confabulación de planos; técnicas expresivas que me dan la opción de ayudar al atormentado personaje de este relato para luego rescatarme a mí como autor, como escritor, como ser que abre mente y corazón a cambio de una cura para turbiedad.

Ya me voy sintiendo mejor y es que mientras escribo siento que estoy gritando, aunque no use signos de exclamación, silenciosamente. El teclado cumple la labor de almohada, donde en lugar de lanzarme contra el cojín para gritarle, pues tomo el computador y le vomito sobre cada letra para así generar sin molestar a nadie un pequeño descargo de todo lo que pasa por mi pecho.

Ja, suena Janis Joplin mientras veo como no me responden conversaciones por internet, así como yo no he contestado en su momento algunas. Así es como vivo en parte mi karma: viendo como la gente por espanto hacia mí no me dirige la palabra mientras yo, por temor a dañar a otras personas, tampoco dirijo la palabra a quienes me hablan. Razones diferentes, mismo hecho, mismo dolor.

Creo que es hora de dormir, aprovechando que me siento más tranquilo que al inicio de este papiro de incoherencias y vómitos de bilis y agua.

Tras esto me siento un poco vacío, pero está bien, ya que he botado bastante de lo malo para darle espacio, quizás, a emociones un tanto más amables.

A descansar para mañana asumir una vez más que debo superar este círculo que me encierra para intentar ser esa espiral que me permita seguir viviendo sanamente, tranquilo con mis cercanos y sobre todo en paz conmigo mismo. Mmmm... Paz, ese término tan armónico y conciliador que espero tú hayas logrado tras todo lo que te hice, tras todo ese tiempo donde solo te imagino recibiendo lo que no merecías, porque tu alma es hermosa y mereces, por 324 razones diferentes, una vida feliz, esa que no supe entregarte y veo el motivo: yo no soy capaz de entregármela ni a mí mismo.




Exteriorización

Conchetumadre, conchetumadre, conchetumadre, conchetumadre, conchetumadre, conchetumadre, conchetumadre, conchetumadre, conchetumadre, conchetumadre, conchetumadre, conchetumadre, conchetumadre.

Conchetumadre, conchetumadre, conchetumadre, conchetumadre, conchetumadre, conchetumadre, conchetumadre, conchetumadre, conchetumadre, conchetumadre.

Nop, no es suficiente. Quizás en forma de poema sea más expresivo.

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Conchetumadre, conchetumadre,
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Mmmm algo mejor. Podría hacerlo ahora en dramático, pero estoy cansado de los monólogos.

21 de mayo de 2012

Calidad y no cantidad





Quizás sean solo veinticinco años, pero aún así es toda mi vida.