31 de enero de 2012

Cita a ciegas



Llegué a San Antonio con Moneda, lugar donde por fin conocería a Belén. Y es que tanta insistencia por chat  logró persuadirla de juntarnos.


La esperaba ansioso, cuando de repente comenzó a descender el esmog propio de la capital. No me sorprendió sino hasta que lo denso de esta nube tóxica me impidió ver más allá de mis narices. De pronto, sentí una mano que me tocó y una voz que dijo:


- No veo nada... ¿Eres tú Felipe?
- Sí - contesté instintivamente.
- ¡Soy yo, Belén!


En ese instante, entendí que hoy sería otro día de chat.

No hay comentarios:

Publicar un comentario